DÍA 12
El Señor es mi fortaleza, mi roca y mi salvación; mi Dios es la roca en la que me refugio. Él es mi escudo, el poder que me salva. Basta que clame a él para ser librado de todos mis enemigos:
¡Alabado sea el Señor!
—SALMO 18.2-3
Señor:
Tú eres la roca y la fortaleza de esta nación.
Tú eres el único que puede librarnos de nuestros enemigos.
Confiamos en ti y oramos humildemente por tu guía y tu dirección para esta gran nación. Danos sabiduría para tomar buenas decisiones.
Ayúdanos a vivir de tal manera que tu nombre sea honrado en todas las cosas.
¡Que para siempre seas alabado!
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