Estar siempre listos para adorar a Dios Padre
“¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede entrar y
adorarlo en su templo santo? El de manos limpias y corazón puro,
el que no adora ídolos ni ha hecho falsas promesas.”
(Salmo 24:3-4 BPT)
Si bien Dios no espera que seamos perfectos en nuestra
forma de adorarlo, sí espera que nos presentemos con un corazón
limpio y una mente libre de impedimentos.
Cuando adoramos estamos entrando a la presencia del
Santo Dios verdadero y por lo mismo debe ser en pureza, con
acción de gracias y alabanza; la limpieza y pureza vienen a través
de la muerte y resurrección de Jesucristo, solo por medio de Él
nuestra adoración se hace aceptable delante de Dios Padre. El
libro de Hebreos nos aclara esto cuando dice: “Por medio de
Jesús ofrezcamos siempre un sacrificio a Dios. Ese sacrificio es la
alabanza que viene de los labios que proclaman su nombre”
(Hebreos 13:15 BPT).
Estar siempre listos y en forma para adorar a Dios tiene
que ver con nuestro enfoque, tiene que ver con dejar de mirarnos
a nosotros mismos y empezar a mirar a nuestro Dios. Solo cuando
ponemos nuestros ojos en Él es que nos damos cuenta de la
necesidad de limpieza que hay en nosotros, solo cuando lo
miramos a Él es que nuestro corazón se llena de gratitud y nuestra
alma se emociona y se llena de gozo; “Mi alma desea con ansia
y emoción estar en los patios de tu templo, Señor mi corazón
canta de alegría; al Dios vivo canta todo mi cuerpo. Salmo 84:2
BPT)
Dígale al Padre Celestial:
Estoy aquí para enfocarme solo en ti; salmo 84:11b dice:
“Haz que me consagre a ti de todo corazón, para que te pueda
honrar como es debido.
Estoy aquí para darte no para recibir, para mirar tu rostro no
tu mano; Salmo 27:8:
“Señor de todo corazón quiero conversar contigo y aquí estoy para
adorarte.”
Estoy aquí para ofrecer mi corazón y mi tiempo como una ofrenda
de amor a ti mi Dios.
Pr. Héctor Saavedra Sépulveda
